Historias de Putas... y otras yerbas...

La Pocha


Como olvidarme de la pocha, seria una irreverencia, ella me inicio en el sexo...
Corrían los primeros días del año 70, había pasado a cuarto año sin llevarme materias, estaba en la gloria, tenia todas las vacaciones a mi disposición.
En esos años no abundaba la guita, y en casa no tenían como para pagarme el abono para la pileta de Ferro, así que me pasaba las tardes en la terraza debajo del tanque de agua, leyendo revistas con el gallego Perez, que de tanto en tanto aparecía con una revista pornográfica sueca que nos volaba el bocho...
Enero es terrible en Buenos Aires, esa tarde estábamos con el Gallego, como casi todas las tardes hablando boludeces y viendo revistas, esa tarde el Gallego había traído 4 revistas porno suecas con una calidad de fotografía espectacular.
Mientras estábamos compenetrados en la observasión de esas terribles cojidas, ni nos dimos cuenta que había subido La Pocha a colgar la ropa, en cuanto nos dimos cuenta tratamos de esconder las revista pero ella se dio cuenta y no bien termino de colgar la ropa en la soga se nos vino al humo.
-¿que andan haciendo chicos?- nos pregunta.
-nada, viendo algunas revistas- le contestamos casi al unisono.
La Pocha era una chica experimentada, tenia 17 años y nosotros 15, nos daba vuelta como a una media. Ella hacia casi un año que se había mudado al edificio donde vivíamos nosotros, la conocimos en la terraza cuando salia a colgar la ropa, yo vivía con mis viejos en el octavo B y ella vivía en el cuarto D, el Gallego vivía a la vuelta en Terrero una casa antes de la esquina de Bogotá.
Las malas lenguas decían que la familia de La Pocha se había mudado de Ramos Mejía al barrio porque un novio la había dejado embarazada y se había hecho un aborto. Para escapar de las miradas inquisidoras de sus antiguos vecinos se mudaron a Caballito.
La mina era muy picara, enseguida observo en nuestras expresiones que estábamos haciendo algo prohibido y nos encaró de una.
-¿que revistas  tienen ahí, a ver las revistas? dejenme ver una- dice esbozando una sonrisa socarrona.
En menos de un segundo tenia una revista en la mano, me la había sacado detrás de mi espalda.
-¡¡¡¡ahhh!!! ¡¡¡¡que linda literatura!!!- nos dice; el Gallego y yo estábamos colorados como un tomate y nos supimos que responder.
La Pocha sentada al lado mio estira su mano derecha y me manotea la pija, que todavía estaba parada.
-mirá que habían sido pajeritos ustedes- nos dice.
-¡para Pocha! son cosas nuestras- le digo, mientras el Gallego no decía una palabra.
-¿a que nunca vieron una teta en vivo y en directo?- me dice a mi.
yo me hacia el boludo y me quedé sin palabras...de repente se mete la mano por el escote del batón que traía puesto y saca una teta...
-tocala, vas a ver que suavesita que es- me dice la muy turra. Yo seguía haciendome el boludo pero no podía dejar de mirar esa hermosa teta rosada y con el pezón en punta, la areola bien marcada, era un espectáculo jamas visto por mi.
-dale, sacate el gusto-me dice, el Gallego haciéndose el boludo se paró y se fue; cuando vio que salia de la terraza sacó las dos tetas y me dijo -Tocalas, vas a ver que suaves son, te van a gustar-
en eso toma mi mano y se la lleva los pechos...que maravilla, es verdad eran suaves y turgentes. Comencé a acariciarlas con mucha suavidad, ella se desabrocho 2 botones, quedaron las tetas a mi disposicion, no usaba corpiño, fue como tocar el cielo con las manos.
Me tomo la cara con las dos manos y me besó, primero suave y luego me mandó la lengua hasta la garganta...de pronto me baja la cabeza hasta los pechos y pide que los pruebe, le chupe las tetas como un bebe hambriento; así estuvimos un rato, perdí la noción del tiempo no se si fue un segundo o una hora. Se abrochó los botones, se paró y me dice -eso te va a hacer mal, vení de nuevo esta noche antes que cierren con llave y seguimos-
Me quería morir, se fue no bien cerró la puerta de acceso a la terraza y sentí el golpe empecé a hacerme una paja a mas no poder, sin mirar las revistas, solo con el recuerdo de haber chupado esas tetas. Escondí las revistas debajo del tanque de agua y me fui a hacer la siesta, no podía dormir pensando que nos volveríamos a ver por la noche, pero no me había dicho hora ni como íbamos a hacer,nada, estaba ancioso y los nervios me carcomian el cerebro.
A las 5 de la tarde me bañé, me perfumé con Old Spice y salí de casa avisándole a mi vieja que iba a lo del Gallego Perez. El gallego estaba en la puerta del almacén del viejo y cuando me vio me bombardeo a preguntas, me contó que se había ido porque tenia miedo de cometer una locura, pero el respetaba que La Pocha me había elegido a mi.
Nos quedamos boludeando en la puerta del boliche, y no hacíamos mas que hablar del as tetas de La Pocha; el Gallego que tenía siempre el ultimo chimento me contó que La Beba una vieja que vive en el cuarto C, había escuchado que una vez llevaron a La Pocha al hospital para sacarle una botella de Coca Cola que le había hecho vacío en el culo y no podían sacársela.
-¿como te enteraste de eso? ¿que la Beba se lo contó a tu vieja así de una?- le pregunto.
-no hablan en código, pero yo tengo un sentido especial y entiendo todo- me dice.
-andá a cagar Gallego, ¿de que código me hablas? son inventos tuyos- le contesto.
En eso veo pasar a mi viejo que venía del laburo, me despido del Gallego, sin contarle nada de lo de la noche y me voy a casa a morfar.
Durante la cena mi vieja me pregunta si me pasaba algo, que me veía un tanto nervioso y ansioso...la puta madre pensaba, ¿se habrá dado cuenta? ¿de que? después pensé, soy un boludo, tengo que bajar un cambio; terminamos de comer, me voy al dormitorio y no sabia como hacer para salir.
De pronto se me ocurrió una idea, agarré un proyecto de telescopio que estaba armando y con toda naturalidad encaré para la terraza, cuado salia mi vieja me dice -¿que vas a ver? si esta todo nublado, bajá antes que Manuel suba a cerrar a las 11-
-si vieja- le contesto, y salgo como flecha para la terraza.
Nueve menos cuarto estaba en la terraza esperando a La Pocha, con la incertidumbre de saber si vendría o me estaba cargando.
Ya era casi las 9 y media y ni novedad, de repente escucho el chillido de la puerta de chapa, miro y la veo venir entre las sombras, se dibujaba su figura con el tras luz de la iluminación tenue de la terraza.
Se acerca, se pone de frente, me saluda, al instante me zampa un beso y me apoya con toda su humanidad; inmediatamente me pongo al palo, me prendo de la cintura y ella con suavidad me baja las manos hasta el culo.
Se comienza a desabrochar esa especie de batón, como los que usaba mi vieja, solo que a ella le quedaban pintados y le detallaban todas sus curvas.
Se abrió el batón y estaba en bolas, ni bombacha ni corpiño, me ofreció las tetas y comenzó a masajearme la pija con la mano, me desabrocho el pantalón y la agarró estando en su plenitud.
Me tomo la mano derecha y se la llevo a la concha, que dicho sea de paso estaba completamente mojada. -¿tocaste alguna vez una concha? me dice, yo no podía articular palabra alguna.
-cuando esta así mojadita quiere decir que estoy recaliente- vuelve a decir.
Me ubicó los dedos indice y mayor de mi mano derecha sobre el clítoris y me enseñó a pajearla; yo estaba con la pija afuera, ella se levantó el baton y la colocó estrategicamente en la raya del culo, mientras yo la pajeaba, ella jadeaba y se movía como una serpiente, de pronto no aguante mas la calentura y la leche salia de mi pija a borbotones, me dio vergüenza, pero ella se encargó de que no me separara de ella y cuando sintió la leche me frotaba el culo mas fuerte y gemía como una yegua.
-acabamos juntos- me dice, -aunque te tengo que confesar que cuando sentí la leche en la raya del culo acabe de nuevo- replicó.
Nos besamos un rato mas y ella me dice que se tiene que ir, que la próxima quería sentir la leche adentro. Todo embadurnado en mi propia leche y con el pantalón manchado no sabia como volver a casa, por suerte se largo a llover y me quede bajo la lluvia para mojarme un poco y disimular la leche derramada en el pantalón.
Volví a casa, me fui al dormitorio temprano y recordando lo acontecido me volví a hacer una paja en honor la La Pocha.
Los días siguientes por la tarde, en la terraza, cuando aparecía ella el Gallego se tomaba el palo y con la pocha nos pajeábamos juntos, hasta que un día se atrevió a chuparmela, que goce que placer que delicia, amaba a esa mujer...
Corría el mes de febrero, una noche mis viejos se fueron a cenar a Belgrano a lo de mis tíos, yo me quedé solo en casa, le avise a Pocha y cuando pudo escaparse vino.
Fue la primera vez que penetré a una mujer... ella toco el timbre poco antes de las nueve, ese día se alinearon los planetas, los padres de ella eran enfermeros y les toco guardia nocturna a ambos.
Ella se encargo de convencer al hermanito para que se quede solo un rato y se vino al ataque.
Como siempre con uno de sus hermosos batones y sin nada abajo, en mi dormitorio fue una carnicería de besos y manotazos, mis dos manos no me alcanzaban para tocar el cuerpo de esa hermosa mujer, ella me besaba profundamente y chupaba mi pija...le pedí por favor que quería penetrla -esperá estas tan caliente que no vas a llegar ni a ponerla- me dice, y comienza chuparme de forma mas sostenida, me comienzan las contracciones en la entrepierna, me pongo tenso, ella lo nota y deja de chupar pero no deja de pajearme...la leche sale con fuerza le llegó casi hasta los ojos, el resto lo dejo escurrir sobre sus tetas.
-al final no cojimos- le digo
-esperá, ahora me vas a cojer y me lo vas a agradecer- me dice.
Saco unos cigarrillos Jokey Club, me convidó uno, si bien yo pitaba cada tanto nunca había comprado cigarrillos, por ahí le encendía uno a mi viejo o a mi tío, pero nada mas.
Encendimos dos  puchos abrimos la ventana y los dos en bolas lo fumamos apoyados sobre la ventana.
-¿nos podremos bañar?- me dice ella, quede un poco descolocado pero acepté la propuesta...
nos metimos en la ducha, nos enjabonamos mutuamente, me pidió que le enjabone bien sus partes intimas, ella hizo lo mismo conmigo, mi pija estaba nuevamente en su máximo esplendor, ella me dio la espalda, se inclinó levemente y se la introdujo en el culo entre gemidos y jadeos, le pasaba jabón y patinaba cada vez mas hasta que en un momento estaba metida hasta los testículos.
Sus gemidos y jadeos me calentaban el bocho de tal manera que le aviso que estoy por acabar...
-dejala adentro quiero sentir el calor de tu leche dentro mio- me dice y descargue todo mi esperma en ese hermoso culo... -dejala un poco mas, quiero sentirla dentro mio un poco mas- me dice y bajo la ducha yo la tomaba fuertemente por detrás sin dejar de penetrarla...
Salimos nos secamos, nos fumamos otro cigarrillo y yo seguía con una incógnita que me comía el cráneo...-¿sentis lo mismo por atrás, como se abrió tanto? le digo.
-ahora te cuento, debutaste haciendo un culo, solo los que debutan con putos hacen un culo- me dice, medio que me asuste, ella lo notó en mi cara, -no soy un puto soy bien hembra ¿o no me metiste los dedos en la concha?- vuelve a replicar.
-si...¿pero vos gozas de esa forma? - le pregunto
-ni te imaginas como gozo y como sentí el chorro de leche que me echaste- me contesta.
Luego me contó, que se había tenido que hacer un aborto, que había estado de novia con un tipo casado y quedo embarazada, que su vida a partir de ahí había sido un calvario con los padres. Me contó que ella era muy fogosa y no podía esta sin sexo, y que había encontrado como tener placer siendo penetrada analmente y sin riesgo de quedar preñada.
No recuerdo cuantas veces mas hicimos el amor, recuerdo que varias veces lo hicimos con preservativo, pero a ella le encantaba sentir mi semen dentro por eso lo hacíamos por el ano...
Pasaron 50 años, escribo esto y siento como sale liquido preseminal de mi pene...

Mariana


A esta señorita la conocí en el año 2006, tenía 22 años, hacia solo 6 meses que se había iniciado en el negocio de la prostitución. Era tan tierna la niña que fue una de las putas con la que mas reincidí...siempre recomiendo a los putanieros jóvenes el no reincidir, ya que crea un vinculo con la señorita y al final uno se termina involucrando...a Mariana, le hice de sicólogo bastante tiempo, mas de un año, y allí conocí aspectos de su corta vida...
Era oriunda de la localidad de Merlo, Provincia de Buenos aires, en la zona Oeste del conurbano...provenía de una familia muy humilde y tenia varios hermanos, algunos mayores otros menores que ella...tenía un lindo cuerpo y una bonita cara, yo la conocí cuando ya tenia la cirugía en los pechos realizada...menuda, 1,55 de altura, lindo culo duro y redondo, cintura importante, y un rostro muy bonito, antes de la cirugía de los pechos supongo que estaría igual de tentadora, ahora con la turgencia de unas tetas hermosas, no pasaba desapercibida nunca...a los 15 años comenzó a paracticarle sexo oral a los compañeros de la escuela a cambio de dinero, entradas a boliches, y artículos varios que a ella le interesaban...al terminar la escuela secundaría tentada por la facilidad con que se hacia de dinero, decidió irse de la casa materna, ya que su padre los había abandonado cuando ella tenía 10 años...acudiendo a los pedidos que aparecen en el diario solicitando "señoritas para departamento privado" se instaló en pleno centro de Buenos Aires, su trabajo fue casi esclavo, se la cojían de 4 a 5 tipos por día y ella solo se quedaba con el 40% del arancel...trabajo en esas condiciones casi 2 años, luego con una amiga alquiló un departamento en Viamonte y Suipacha...
yo la conocí en ese momento, su ternura y lo aniñada que era me obnuviló, la primer vez que la cojí, fuimos a un hotel alojamiento y la cojí como si fuera mi novia a pesar de los 30 años de diferencia de edad. En el lapso de 4 meses había reincidido con ella 3, cada vez que cojiamos mas me gustaba, yo insistía en tener sexo anal con ella, ya que tenía u delicioso culo y bien cerradito...en una de esas charlas prologadas en medio de polvo y polvo, me contó que había tenido una experiencia muy mala y dolorosa con el sexo anal y la condición para estar con ella era sin sexo anal...resultó ser que no bien se retiró del prostibuloante la necesidad de hacerse unos pesos extra para el tema del alquiler del departamento, con la amiga hacían tríos y asistían a fiestas sexuales con varios integrantes...un día, la amiga le comento si estaba de acuerdo a asistir a una fiesta en una quinta en Vellavista con dos chicas mas, sin preguntar cuantos eran aceptó...cuando llegaron a la quinta eran unos 15 hombres, y ellas debían atenderlos a todos, era un buen negocio, la cuestión fue que un joven solicitó sus servicios y en medio del acto sexual otros tres irrumpieron en la habitación y la violaron, mientra dos las sostenían de brazos y piernas otro le tapaba la boca y el cuarto la penetraba por el culo, así turnandose le rompieron el culo todos, textual, así me lo contó ella, cuando vio que si se resistía la podían lastimar se entrego y la estropearon...como si eso fuera poco, luego de unas horas otros se enteraron que tenia el culo casi virgen y de a uno se la pasaron los 15...las amigas borrachas y en inferioridad numérica no hicieron nada, hasta una le dijo "nena esto es lo que te espera si vas a laburar de puta, agradece que nos pagarón"...volvió muy lastimada, estuvo mas de una semana sin trabajar ya que como era la mas tierna los tipos se ensañaron con ella y de  dieron por todos lados, hasta le colocaron un consolador de 40 centímetros en la vagina y quedó desgarrada...yo siempre tate de contenerla y asesorarla bien, la cosa es que necesitada de dinero a los dos años se fue a trabajar a Méjico y le perdí todo contacto...
Mariana, espero que esté bien, esa plaza es muy difícil...





















Marta de Lanus...



Ya de muy joven fui un gran Tramposo y Mujeriego, corrían los años 70 y entre el estudio, los trabajos ocasionales y el ímpetu de los 20 años, me encontraba siempre con la sangre en estado de efervescencia.

Fue así que para esas épocas conocí a una señora joven, tendría unos 34 años, yo la veía como una mujer grande ya que recién cumplía los 22 años. Casualmente en una clínica Palermo estábamos esperando ser atendidos y allí se dio la conversación inicial.

La mujer tení muy buena onda y conversamos una barbaridad de tiempo, después cada uno entro a la consulta con sus respectivos médicos y pareció que todo terminaba ahí; la cosa fue que cuando estaba saliendo de la clínica llovía torrencialmente y me quede haciendo tiempo en el hall, a los pocos minutos siento que me hablan -uh como llueve- era ella, seguimos conversando un rato y me invitó al bar que estaba en la esquina a tomar un café; recuerdo que nos sentamos casi al fondo del local y nos quedamos hablando más de una hora.

Ella me contó su vida en menos de 15 minutos, yo la escuchaba maravillado, observando lo fina y delicada que era, el cabello impecable ni un rulo fuera de lugar, poco maquillaje, unos ojos marrones, grandes y pestañas largas, los labios siempre húmedos, mientras ella hablaba yo me imaginaba lo que ella contaba y quería poder ayudarla. En realidad estaba fascinado por su sex apeel.

Cuando salimos del bar, como yo no tenía como protegerme del agua me fui caminando dos cuadras abrasado a ella mientras nos refugiábamos bajo su paraguas; por un momento me sentí enamorado, atraído el sutil encanto de Marta.

Intercambiamos número de teléfono, nos despedimos con un suave beso en la mejilla y nos hicimos la promesa de volver a llamarnos.

Yo estaba de novio con una chica que vivía en Flores, esa noche pasé a verla y no podía sacarme de la cabeza a Marta, como esta mujer 12 años mayor que yo, y encima casada me podía haber dado vuelta la cabeza con una simple charla de poco más que una hora.

Llegue a mi casa y no podía dormir pensando en ella, al otro día en el trabajo estuve tentado varias veces por llamarla, pero no tenía claro que era lo que le iba a decir y desistía.

Pasado el medio día, la recepcionista de la oficina me pasa un llamado, era Marta me comentaba lo bien que la habíamos pasado el día anterior , me decía que le gustaría encontrarse a conversar y tomar un café nuevamente; sin más reparos fijamos fecha y hora del encuentro, yo salía de la oficina a las 17 y ella del banco a las 18:30 horas, de Colegiales al Centro estaba en menos de 40 minutos, hasta me sobraba tiempo, y como el día del encuentro iba a ser viernes había decidido no ir a la facultad.

Llego el día indicado y nos encontramos en la esquina de Corrientes y Florida, la vi radiante hermosa, nos saludamos con un beso que casi rozó nuestros labios y nos fuimos a un bar a pocas cuadras, hablamos le conté parte de mi vida, ella me excitaba con su mirada, la atención que ponía al escucharme me indicaba que estaba ante una mujer inmensamente necesitada de afecto; no sé si caí en sus redes o que paso, la cosa es que a los pocos minutos estábamos en la Plaza Roma sentados en un banco inmersos en una pasión incontrolable, nos besamos profundamente y nos dejamos llevar por el desenfreno, ni la gente que circulaba por el lugar, ni la bruma que cubría el lugar en esa fría tarde de invierno pudo con nuestro apasionamiento.

Después de un largo rato de besos caricias y miradas más que sugerentes nuestros cuerpos pedían algo mas intimo, yo no sabía cómo derivar la conversación sin ofenderla, ella que era bastante más experimentada que yo me lo propuso, sin dar vueltas, -¿vamos al hotel que está allí enfrente?- sin mediar palabras cruzamos la calle y nos metimos en un hotel que había a media cuadra del Luna Park.

En la habitación la excitación se hizo más evidente, en medio de besos y caricias nos fuimos desvistiendo hasta quedar desnudos por completo, mientras nos besábamos yo miraba su maravilloso cuerpo en los espejos de la pared. Nos metimos en la ducha no bañamos juntos, nuestras manos se enredaban y recorrían nuestros cuerpos de forma descarada, ambos estábamos poseídos por el influjo de la lujuria y abstraídos del tiempo.

Nos desplomamos en la cama sin dejar de besarnos y tocarnos continuamente, era un eterno descubrir de sensaciones, ella tomo mi pene erecto lo llevo a su boca, quedé por un momento casi inmóvil entregado a la sublime sensación que me brindaba esa práctica que por primera vez me hacían con esa dedicación; por momentos mi pene era deglutido por su boca, y suavemente si deslizaba su lengua por el glande pasando después por los testículos y volviendo a ser engullido, era como que el tiempo se había detenido. Por suerte volvimos de nuevo a los besos y eso mitigo mis deseos de eyacular, seguimos con el manoseo, los besos, sus pechos me llenaron la boca y pude sentir como se endurecían sus pezones.

La cosa ya no daba para más, en la posición del misionero la penetré suavemente mientras ella gemía y me repetía sin cesar -¡cojeme!, ¡cojeme!- el hecho de escuchar a esta mujer a punto de lograr el clímax, y el grado de excitación que yo tenía hizo que la penetrara más fuertemente y en medio de jadeos y gemidos eyaculé dentro de Marta en el momento que ella me pedía, como desesperada -¡dame la leche, dame la leche...!

Creo que ambos llegamos juntos al orgasmo, esos pocos segundos de éxtasis bastaron para dejarnos exhaustos a ambos, fue un momento en que el mundo dejo de girar para nosotros dos; luego quedamos recostados en la cama, nos fumamos un cigarrillo, conversando sobre lo bien que la estábamos pasando.

Como en esa época no teníamos el fantasma del Sida sobre nuestras cabezas lo único que me preocupaba era que no quedara embarazada y le pregunté –supongo que te cuidas con algo- ella me contesta que tomaba anticonceptivos y que no me hiciera problema.

Luego de descansar un rato volvimos a la acción  repetimos y aumentamos el goce que habíamos experimentado minutos antes, por suerte el turno del hotel fue de 2 horas, y nos dio tiempo para bañarnos junto e intentar un tercer tiempo al cual yo no llegue, pero ella lo disfruto muchísimo.

Salimos del hotel y nos fuimos a comer pizza, a todo esto eran como las 22 horas, le pregunte que escusa le iba a dar al marido, ya que estaba casada desde hacía 9 años, me explicó que el marido era conductor de colectivos y estaba cumpliendo horario de tarde y llegaba a su casa pasadas las 0:00 horas.

Me inquietó un poco el poco margen de maniobra que esta mujer tenía y le dije que evitara problemas y volviera lo más pronto posible a su casa, ya que el viaje hasta Lanús era bastante largo. La acompañe a la parada del colectivo, nos besamos con tanta pasión como antes de estar íntimamente, de pronto llego el transporte, subió, y me quede mirando cómo se perdía el micro en la oscuridad mientras ella me saludaba desde el ultimo asiento.

Me sentí realmente enamorado de esta mujer, no podía dejar de pensar en ella un solo minuto, contaba los segundos que pasaban y el tiempo que me faltaba para verla, durante el tiempo que duró nuestra relación, todos los días iba a esperarla a la esquina de Florida y Bartolomé Mitre, estuvimos durante ese tiempo casi rayando con la locura, como todos los días no podíamos ir a un hotel, hicimos el amor de la forma más inverosímil, en obras en construcción, en plazas, cuando me prestaban el auto, en el auto, fueron meses de una adrenalina extrema.


Los fines de semana eran trágicos para mí, si el marido de Marta tenía franco, lo sufríamos sin vernos, yo por mi parte no sabía cómo dejar a mi novia, ya que me había dado cuenta de que no estaba enamorado.


Nuestra locura llego a un grado tal que un sábado que el esposo de Marta estaba de servicio, me fui de Flores a Lanús y me metí en la casa de Marta, ella no tenía hijos y vivía en un departamento tipo PH, por un pasillo al fondo; no le importó los vecinos ni el “que dirán” estaba jugada y me esperó en su casa.


Tuvimos una tarde de sexo inolvidable, ese día por primera vez en mi vida saboreaba una vagina y pude constatar el inmenso placer que se podía brindar a una mujer practicándole sexo oral, meter mi lengua entre los labios y el clítoris, sentir los jadeos de ella durante el acto, fue algo indescriptible.


La tarde se nos pasó volando, eyaculé 3 veces, perdimos nuevamente la noción del tiempo, el placer del sexo bien entendido nos había obnubilado y caímos en el influjo del amor y el deseo.


Pero el tiempo corría aunque nosotros no nos diéramos cuenta, ya había oscurecido y ninguno de los dos nos habíamos percatado de la hora, del sueño que estábamos viviendo pasamos a la realidad en un segundo, los golpes en la puerta sonaron como cañonazos, la voz de Pedro retumbaba en el pasillo. Vaya uno a saber por qué causa del destino ese hombre, justo ese día olvidó sus llaves en la casa; marta desnuda y agitada, yo tome mis ropas, solo pude ponerme el calzoncillo y los zapatos sin medias, Marta me indicó que la pared del fondo daba a un terreno baldío, que podía escapar por la otra cuadra…huí como una rata, de un salto trepe la pared con mis pertenencias en la mano y salte, desde el terreno la pared tenía mucho mas altura, pero mi desesperación pudo mas, no me rompí una pierna de milagro. Quedé inmóvil entre los yuyos cambiándome como podía  y tratando de escuchar lo que pasaba adentro, escuché la voz de Pedro que le decía -¡¿que haces desnuda!?-se lo decía en mal tono, Marta le responde –me estaba por bañar- Pedro -¿Qué te pasó que estas tan agitada?¿no me estarás cagando vos, no? Por un momento pensé que el corazón se me iba a salir del pecho y que los latidos se escuchaban como tambores.


Por suerte Marta lo persuadió y los ánimos se calmaron rápidamente.


Salí de entre los yuyos medio embarrado desalineado y completamente descontrolado, sin poder dejar de pensar en lo que me había ocurrido.


Al día siguiente la llamé al banco de Boston, ella trabajaba en casa  central, me conto que no había tenido mayores problemas. A los pocos días fui a su encuentro mientras caminábamos y nos prodigábamos toda clase de mimos buscábamos un lugar donde descargar nuestra pasión; como no disponíamos de dinero para ir a un hotel, la cosa termino en la terraza de un edificio en Belgrano y Salta; en esa época las puertas estaban abiertas hasta tarde y no metimos en uno bien alto, fuimos hasta el último piso ubicamos la puerta que salía a la terraza, y en un rincón nos amamos desesperadamente.


Ese tipo de locuras no se podía llevar a cabo todos los días, fue así que decidimos alquilar en la zona de congreso un mono ambiente, la tarea nos llevo más de un mes, llegando la primavera hicimos posesión del departamento, estaba en Rivadavia a una cuadra del Congreso, me quedaba muy a contramano con mi trabajo en Colegiales pero era lo mejor, no teníamos muebles, un amigo me regaló un colchón viejo y con algunas cosas que traje de mi casa armamos nuestra guarida.


De más esta decir que durante el primer mes todos los días llegábamos a las 19 horas y según como trabajaba el marido de Marta era la hora en que nos íbamos.


En dos oportunidades que el marido de Marta se tomo el fin de semana para ir de pesca, nosotros nos pasamos el fin de semana encerrados en el nido.


Transcurrían las semanas y seguíamos inmersos en nuestro idilio, Marta insinuaba en que se iba a separar del marido y que podríamos vivir juntos, esa opción no me entusiasmaba demasiado; el furor de los primeros tiempos se fue desvaneciendo, nos veíamos 3 veces por semana después dos y luego cada tanto, el proporcional el alquiler se me hacía demasiado difícil de juntar, siempre andaba sin guita, la cuestión fue que rescindimos el contrato y nuestros encuentros fueron cada vez mas espaciados.


Un día llame al banco y me informaron que la habían trasladado a la sucursal Lanús, espere el llamado de ella varios días y jamás llamó, antes de las fiestas del 74 llamo a mi trabajo y justamente yo no estaba; el que recibió la llamada me avisó los primeros días de enero, los planetas no estaban alineados y no nos volvimos a ver. Pero la recuerdo siempre, no sé si lo nuestro hubiera funcionado todo estaba muy enmarañado, era una relación complicada, duró algo más de 6 meses, nunca la voy a olvidar…    

Norma se llamaba la primer puta a la que le hice el culo......

Cuando tenía 29 años, hace ya largo, pero largo rato, trabajaba en una oficina por la zona céntrica de Buenos Aires, algunos de mis compañeros de trabajo eran unos personajes que recordaré toda mi vida. El Tano Pepe era un putaniero brutal y vivía contando hazañas de cómo le rompía el culo a cuanta puta se le pusiera en su camino.
El siempre me decía, “tenes que hacerte un buen culito y vas a saber lo que es coger” en más de una oportunidad salimos de putas juntos y el no transaba si no le entregaban el culo. Fue ahí que nació en mi la intriga por probar el orto, y en más de una ocasión las minas te decían “probamos” y no la metías ni en joda.
Cierto día me encontraba haciendo un trámite en la zona de Constitución, y me encuentro con una mujer de unos 45 años, muy buen cuerpo, tetas normales, buena cintura y un culo de antología. No bien la miro me hace una seña y al instante me di cuenta que era una puta, arreglamos el precio y nos fuimos a un hotel de la zona.
Cuando se puso en bolas estaba espectacular, la carne dura, el culo una invitación a morderlo, pelo largo y buena conversación.
Comenzó con una chupada de verga espectacular, me pasaba la lengua desde los huevos hasta la cabeza del choto y cuando llegaba a la cabeza se la metía en la boca hasta la garganta.
Chupaba desesperadamente y me calentaba de una manera que no me podía contener, yo pensaba “le voy acabar en la boca y no voy a poder coger”, de pronto no pude aguantar mas y le largue todo mi esperma, no dejaba de chupar y comenzó a tragarse la leche, se tragó hasta la última gota, y siguió chupando hasta volver a ponerla dura….”ahora si me vas a coger como corresponde” me dijo.
Era una maravilla como chupaba la pija esa mujer……cuando ya me tuvo a punto se puso en cuatro patas y le entré por la vagina a fondo, le puse las piernas al hombro, le di guacha como ella quería…..no por nada me había hecho acabar de una, quería reservarse el segundo que es interminable…….la volví a poner en cuatro patas y a darle masa observando ese hermoso culo que invitaba a que lo penetren…..la vieja fue como que me leyó la mente, “por 100 más me haces el culo” me dijo, obviamente accedí, y le puse algunas condiciones….”nene hoy vas a hacer un orto como nunca hiciste en tu vida” me dijo, agarro la pija la chupó con el forro, la ensalivo hasta dejarla choreando, se mandó un par de dedos ensalivados en el culo, tomó mi verga y de a poquito se mandó hasta el fondo.
Allí comencé a bombearla en cuatro patas mandándole pija fondo, “despacito…o queres acabar en un minuto??? Disfruta de este culito que se abrió solo para vos” me dijo, entonces reflexione y me puse a gozar de ese descomunal orto que me estaba comiendo.
La veterana gemía, no sé si fingía o no, la cuestión es que mi pija había dilatado ese ano de tal forma que entraba y salía con suma facilidad, me enseñó todas las poses posibles como para disfrutar de una buena cogida anal.
Cuando estaba por acabar la coloqué en cuatro patas, le di bomba un rato y le deje la poronga bien a fondo, ahí nomas con movimientos cortos y con toda la pija adentro le eché un polvo que aun hoy recuerdo…..me saco el forro y dijo “cuanta leche pendejo” y se metió la poronga en la boca como para dejármela sin una gota de leche, le pagué, quedamos en volver a encontrarnos …..no la volví a ver nunca más solo me dijo que se llamaba Norma….pero quedará en mis recuerdos por siempre…..


La noche que fui en cana.

Fue allá por los años 80, era una época en la que laburaba como un animal, y dos por tres me quedaba hasta tarde en la oficina… esa noche termine el laburo cerca de las once, tenía poca guita encima, y decidí salir de rotation .

Me subí al auto, y comencé una recorrida por lugares donde solían frecuentar señoritas en busca de caballeros.
Después de dar unas cuantas vueltas, por Cerrito y Juncal observo a una niña parada en una esquina (recuerden la fecha y el momento socio político, el gaterio callejero era muy limitado) le tiro la frase matadora y sube al auto.
La mina no tenía pinta de gato para nada, según me contó estaba dando sus primeros paso en el negocio, como la vi muy principiante y nada profesional, me anime a una sutil franela, que dicho sea de paso, me revolucionó los ratones a más no poder.
Como la cosa venia de para bienes, y yo caliente como pipa, (cabe destacar que cuando uno se calienta demasiado no coordina en su mejor forma, por lo menos en mi caso) paro el auto por Moreno, antes de llegar a San José, coloco en el estero un casette de Roberto Carlos, y comienzo la franela a dos manos.
Craso error!!!  A los pocos minutos, que digo minutos, segundos, caen dos patrulleros, uno se para delante de mi auto, otro atrás, bajan los canas, documento, papeles del auto, revisan el interior del auto, todo en regla.
Hasta que comienza el interrogatorio de rigor, que hacia parado en ese lugar, si no sabía que a 50 mts había una repetición militar, etc., etc. Respuestas de rigor a dichas preguntas, por otra parte a la mina que ni me acuerdo como se llamaba, la interrogan de la misma manera en forma separada, terminado el interrogatorio, se me acerca un Oficial y me comunica que lo tengo que acompañar al Departamento Central a pocas cuadras de allí, que podía manejar el auto, y que suponía que era lo suficientemente inteligente, y que no me iba a escapar.
Una vez dentro del Dpto. de Policía las mismas preguntas, la mina por otro lado, yo no la vi mas, me hacen tocar el pianito (me tomaron la impresiones digitales de los 10 dedos) y me informan que estaba demorado por averiguación de antecedentes.
Les pregunto qué antecedentes tenían que averiguar si yo tenía toda mi documentación en regla, y ahí me informan que la versión que yo les había dado de la situación no concordaba con la de la mina.
Yo dije la verdad en todo momento, que había sido un encuentro casual, y que recién nos conocíamos, la mina por miedo a quedar pegada, dijo que nos conocíamos desde hacía 6 meses, y que estábamos noviando.
Bueno para que les voy a contar la situación de mierda que me toco vivir, las horas pasaban y yo en “gayola”, de pronto a eso de las tres de la mañana, me llama el oficial de guardia otra vez me pregunta donde trabajaba, y le comento, ya medio desesperado, -mire a mi me conoce mucho el Coronel Fulano, que es el encargado de la seguridad de la empresa-, eso me salvo las papas.
El tipo chequeo la información y vio que le estaba diciendo la verdad, aparte yo tenía una credencial (con foto color y mejor que la cedula de identidad de la policía) de donde yo laburaba, una multinacional de gran peso, aun en la actualidad, y se fue aclarando el panorama de a poco.
El oficial junto con otros dos chabones más, me preguntaban, por la mina, ya más distendidos, ellos y yo, por que mentía, les dije que suponía que por vergüenza, ahí no más me juntaron con la mina y ella aclaro las cosas.
Nos pasaron a otra dependencia para devolvernos los documentos, y me llamó el capo del operativo, Ud. vive en Barracas? Si le contesto, es casado? Si, y no le da vergüenza andar por la noche detrás de mujeres de la vida? – no sabía que decirle, Bueno vaya y la próxima vez fíjese donde estaciona. Cuando salía de la oficina un cabito me para, me da el DNI, y me dice, bueno ahora andate al telo y olvidate de todo.
Las pelotas olvidate de todo!!! Lleve a la mina hasta Av. De Mayo para que tome un taxi, y me fui a la mierda.
Llegue a mi casa a eso de las 5 de la mañana, mi mujer estaba desesperada, por suerte no teníamos teléfono (estaba por ir a buscar a mi viejo), cuando le mostré los dedos manchados con tinta me creyó que había estado en cana, porque al principio pensó que me había ido de joda (y no estaba equivocada). Si mi viejo se enteraba, era capaz de matarme, era ministro de la eucaristía, re metido en la iglesia, y le salió un hijo putañero.
Al otro día, cuando llego a la oficina, (tarde) me viene a ver el Coronel Fulano, ¿que le paso anoche?  Me llamaron a las 3 de la mañana ( tragame tierra!!!) para pedirme información suya,  ¿que estaba haciendo? ¿como lo pararon?- y tuve que confesarme con el milico, que había resultado ser un putañero de aquellos y me salvo los papeles.


                                                                                                                                                                     

lunes, 1 de noviembre de 2010


Nerinka una vida de sexo y desencuentros....

Nerinka, tiene una historia de lo más apetecible en cuanto a sexo y erotismo se refiere. Hija de un polaco y una paraguaya, la madre mitad alemana y mitad india.
Nerinka era poseedora de una belleza exótica, un metro sesenta y cinto de estatura lo cual la hacía ni muy baja ni muy alta, cabellos negros azabache, piel blanca y unos rasgos en el rostro muy simétricos y angulosos, con una respingada y delicada nariz, ni hablar de sus grandes ojos verdes.
Era toda una belleza, no bien desarrolló, sus curvas se acentuaron y su cuerpo comenzó a tomar la sinuosa forma de una mujer que se destacaba del resto. Tenía unas nalgas prominentes y redondeadas de tipo manzana que hacían que no pasara desapercibida en ningún lugar.
Sin eufemismos tenía un culo que era un dibujo, la cintura estrecha, pocas tetas para semejante lomo, pero hacia la cabeza de cuanto hombre la mirara.
A los 13 años quedó embarazada y a los 14 tuvo a su primer hijo. En un noviazgo muy corto que tuvo con el “gallego Pedro” el muy experimentado Pedro 10 años mayor que ella, se la cogió a las apuradas y la dejó embarazada, cuando la madre de Pedro se enteró, lo obligó a casarse con la niña inmediatamente.
Pedro era el hijo menor de una familia de Gallegos, tenía un hermano, Julio que era el mayor, cuatro hermanas mujeres, él era el sexto y por ende el mas consentido, trabajaba en forma alternada haciendo changas y su pación era el “Juego” era un jugador empedernido, llego a oficiar de Tahúr.
La llegada de un hijo (Pedrito) y el hecho de verse casado, así de forma repentina, con las obligaciones que conlleva un matrimonio, no hicieron que Pedro sentará cabeza. Muy por el contrario él siguió con su estilo de vida, y haciéndole pasar necesidades a su mujer y su hijo, con su irresponsable proceder.
Para retener a Nerinka, que amenazaba con salir a buscar trabajo, la volvió a embarazar a escasos meses de haber nacido Pedrito.
A los 14 meses de haber nacido Pedrito, nació María, con dos criaturas tan chicas se le iba a ir la idea salir a trabajar, Pedro la quería dentro de la casa, en la calle era un peligro, a pesar de sus dos embarazos seguidos Nerinka cada vez se ponía más atractiva y curvilínea, sus pechos se tornaron turgentes y estaban cada vez más apetecibles, sus caderas se ensancharon y con su prominente culo hacían de su cuerpo un objeto de deseo de quien lo observase.
Pedro no hacía honor a la hembra que tenía en su hogar, le hacía pasar privaciones a ella y a sus hijos, Nerinka viendo que la cosa andaba de mal en peor decidió cuando María tubo 3 años salir a buscar trabajo. Pedro por su parte a demás de su adicción al juego comenzó con la bebida y cada vez que se emborrachaba le propinaba a Nerinka soberanas palizas.
Tal fue así que un día Nerinka se fue a vivir de una hermana y le dejó los chicos a Pedro. Nerinka trabajaba en una textil como operaria, a poco de ingresar el dueño de la textil ya había puesto los ojos sobre ella, y a menos de dos meses de ingresar Nerinka era la amante de Juan, dueño de una de las hilanderías más grandes de la zona sur del Gran Buenos Aires.
Los privilegios laborales le venían de a montones, pero ella nunca abandonó su telar, eso sí, los jueves desaparecía con Juan, quien la llenaba de los mas exquisitos regalos y la cogía a más no poder, en una confesión que me hizo Nerinka en una noche de alcohol, me contó que Juan había sido el hombre que mas la había hecho gozar en su vida, y que con él conoció el orgasmo.
Pero ella extrañaba a sus hijos y eso no le permitía tener una vida plena, y como los cuentos de Hadas terminan, Juan estaba casado, y no tenía intenciones de romper su matrimonio, la cosa con Nerinka se fue enfriando.
Nerinka se sabía deseada, y aprovechaba cada ocasión, no quería volver a pasar las necesidades que pasaba junto a Pedro, siguió hidalgamente trabajando en su telar.
Cientos de hombres se ofrecían a llevarla en sus autos cuando ella salía de la hilandería, hacia parar el transito, era una vedette salida de un teatro de revistas. Un chofer de colectivos que la había llevado en reiteradas ocasiones fue quien conquistó su corazón después de la ruptura con Juan, que dicho sea de paso había sido la semana anterior.
Alberto era joven moderno casi de la edad de Nerinka, y los colectiveros estaban de moda, en la televisión el top de las novelas era “Un mundo de 20 Asientos” que protagonizaba Claudio Lebrino, un galán de fines de los 60.
En simultaneo con su romance con Alberto, Pedro le pedía por favor que regrese a su hogar, que sus hijos pedían por ella, y que el intentaría ser un esposo ejemplar (¿?). Así fue que Nerinka después de más de un año retornó a su hogar.
Los avatares de la vida hicieron que Alberto cambiara de línea de colectivos y se dio la coincidencia de que la terminal de su nueva línea sea a dos cuadras de la casa de Nerinka. El romance seguía a toda máquina entre ella y Alberto, mientras ella hacia el papel de una esposa fiel con Pedro, con la ventaja de estar cada vez más cerca el uno del otro.
Pedro solía parar en un bar que estaba casi en la terminal de colectivos, allí esperaba a que surja alguna oportunidad de trabajo como changarin en alguna curtiembre de la zona, o alguien lo invite a oficiar de tahúr.
Fue en ese bar que Pedro conoció a Alberto y se hicieron amigos, cuando Alberto se enteró que Nerinka era la esposa de Pedro no lo podía creer, pero siguió su amorío ahora con ciertos privilegios.
La reconciliación con Pedro, las tardes de sexo furioso con Alberto hicieron que Nerinka vuelva a quedar embarazada, a los nueve meses nació un varón. Pedro insistió en que se llamara como su mejor amigo “Alberto” y que él fuera su padrino.
Así fueron las cosas, Nerinka en una de sus confesiones me contó que Albertito en realidad era hijo de Alberto y no de Pedro. La cuestión fue que durante el embarazo hubo un distanciamiento sexual con Alberto y el aprovecho a conseguirse una novia oficial.
La amistad entre Alberto y Pedro siguió su curso como si nada, Nerinka fue despedida de la hilandería poco antes de parir, y Pedro volvió a ser el sostén de la familia. Y con ello nuevamente las privaciones y falta de dinero.
Los hijos de Nerinka tenían para entonces seis, cinco, y un año y medio, ella solo veinte años, nuevamente abandona su hogar y deja sus hijos con Pedro. Esta vez se va a vivir con la madre que hacía unos años había enviudado.
Nerinka por medio de su ex amante Juan volvió a conseguir trabajo en una textil de Quilmes, y al poco tiempo pasó a ser la amante de David, quien por recomendación de Juan la había contratado.
En ese lapso de su vida, conoció a Ernesto, dueño de una fábrica de bulones de Lanús, que la llevaba a pasear en su magnífico Torino. Y salía con ambos dos y disfrutaba abiertamente de los placeres de la vida y del sexo.
No obstante cada tanto se hacia un tiempito para verse con Alberto y entregarse a una tarde de sexo pleno. Nerinka explotaba de lujuria dentro de ese maravilloso cuerpo de mujer ardiente y sedienta de sexo.
Nerinka se entregó a cuanto hombre tubo a mano, solamente debía cumplir con ciertos requisitos, tener dinero, ese era el primordial, sino debía ser muy elegante y de su agrado y coger muy bien.
Me contó que en su etapa más caliente, se cogía a cuanto tipo le gustare, una vez un mecánico de la fábrica donde trabajaba la hacía fantasear y le apostó a su compañera que esa misma tarde se lo cogía, llamó a mantenimiento aduciendo una falla en su telar y le mandaron al mecánico, un joven de unos 23 años.
Ella estaba deslumbrada por su pinta y se lo quería coger, cuando el muchacho fue a ver la maquina, ella le indicó una falla en uno de los pedales, el joven tuvo que ponerse entre las piernas de ella para poder comprobar la falla, y allí ella le mostró que debajo del guardapolvo no traía ropa interior, el pibe quedo shoqueado y esa misma tarde cogieron el Hotel La Notte.
Ya estaba zafada de todo Nerinka, el eje de su vida era el sexo, ni siquiera el dinero ya que cogía por placer, si se hubiera dedicado a la prostitución hoy seria millonaria.
Jamás volvió con Pedro, sus hijos deambulaban entre la casa de su padre y los familiares que se apiadaban de ellos, tías, abuelas, amigos, una vida de mierda.
Nerinka luego de pasar varios años entregada a los placeres del sexo, conoce a Ricardo, a todo esto ella ya cuenta con 28 años. Ricardo es un joven de 25 de pocas palabras, un amigo de los hermanos menores de Nerinka, Ricardo de la misma profesión que ellos, rápidamente quedo cautivado por la belleza de esta mujer, y ella inmediatamente lo sedujo y lo atrapó.
Cabe destacar que los hermanos de Nerinka, Miguel y Antonio eran ladrones profesionales, robaban bancos y automotores. Ricardo era especialista en Automotores, tenía una habilidad única para robar autos, (fue en la década del 70 donde los autos no tenían tanta seguridad electrónica cono en la actualidad).
Nerinka siempre tuvo una vida de sobresaltos, y de mudanzas de un lado al otro, jamás tubo vivienda donde asentarse y vivir tranquilamente. Con Ricardo cambiaban de domicilio cada dos o tres meses, jamás estuvo exenta de las palizas que sus parejas le propinaban, lo celos carcomían a esos hombres y ella que caía fácilmente en el delirio de la seducción y el sexo desenfrenado, se dejaba golpear como aceptando el castigo por haber pecado.
Cuando la conocí tenía 35 años, una mujer bellísima, le faltaba haberse instruido un poco más, no tenia modales refinados, sino hubiera sido una reina. Le falto rose social, pero todos los hombres que pasamos por su cuerpo quedamos maravillados por tanta belleza y tanta entrega en el sexo, era un volcán en erupción, una bestia sexual, y sabia disfrutar de su don mas preciado, coger, coger descaradamente.
No hubo espacio de su cuerpo en el cual no haya penetrado, todavía recuerdo como deglutía el esperma que me había sacado chupándome la pija, como gemía cuando la penetraba por el culo, ese culo que era para fotografiar y poner en un cuadro…….Nerinka una puta que no cobraba un peso…..

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