Las Putas Cordobesas

Mariana La mejor de las Cordobesas

Un gatero que no incurrió en Córdoba se perdió lo mejorcito de las putas argentinas…cuando viajaba recurrentemente por razones de trabajo, hice unas cuantas incursiones con putas de La Docta.
La primer minita que me brindó sus servicios fue Mariana, publicaba en una página que creo que ya no existe mas, pidosexo.com, tenía una foto de espalda donde dejaba ver so soberano culo y sus cabellos ensortijados.
Una tarde, en pleno invierno cordobés, me alojé en el Apart Hotel Nueva Córdoba y como tenia libre hasta la mañana siguiente, llame a esta señorita para que se hiciera presente y podamos pasar un momento de sexo a full.
A la hora de haber llamado me anuncian de la conserjería que me estaban buscado, la autorice a subir a mi habitación y fue así que nos conocimos. Llegó con un tapado negro largo y lo que más se destacaba era su espesa cabellera, no bien entró la ayudé a sacarse el tapado y pude observar su armonioso cuerpo.  Una criatura pequeña, en esa época tendría unos 24 años, un metro cincuenta y cinco de altura (sin los tacos de 10 cm) poca teta, acorde a su físico y un culo de buenas proporciones.

Comenzamos con una tímida franela, la desvestí y la dejé solo con la tanga, ella hiso lo mismo conmigo, solo que yo quedé en pelotas. Se colocó el pene en la boca y me pegó una chupada increíble arrodillada en la alfombra. De ahí nos fuimos a la cama y seguimos con la franela, ella chupaba con unas ganas pocas veces vista en una puta.

Comenzaba a oscurecer y como el ventanal de la habitación daba a la calle, desde el piso 10 me deleitaba con el crepúsculo mientras Mariana me chupaba la verga. Así me quede por largo rato disfrutando como con su boca recorría mi poronga, se tragaba mis huevos mientras  yo le masajeaba la cola con crema para manos. Me colocó el forro y se montó sobre mi verga, la conchita mojada, estrecha, iba venia como cabalgando mientras yo le chupaba ese pequeño pero duro par de tetas.

La tarde llegaba a su fin, las sombras de la noche oscurecían el ambiente y en la más absoluta intimidad me encontraba penetrando a una criatura que recién conocía, la puse en cuatro patas, le mandé la pija hasta el fondo, le mandé dedo al agujerito del culo, no pude resistirme a darle unas palmadas en ese soberano ojete, intente ofrecerle más dinero para que me lo deje penetrar pero no hubo trato.
La coloque de espalda sobre la pequeña mesa que había junto al ventanal, sus piernas sobre mis hombros, en esa postura me ofrecía su concha en toda la plenitud, coloqué la cabeza de mi verga en la puerta de la concha y con un suave empujón se la mandé hasta los huevos, ella solo esbozó un suave gemido, comencé a bombear a toda máquina mientras cada tanto me inclinaba y chupaba sus tetas, ella solo gemía suavemente la noche había ganado las calles de Córdoba, yo me echaba un polvo para el recuerdo…
Nos despedimos con la promesa de volverla a llamar, ella me agradeció lo bien que la bahía tratado, se coloco el tapado y desde la ventana del decimo piso me quedé observando cómo su silueta se perdía en la noche.
Todos los meses viajaba a Córdoba y me quedaba un par de días, los meses siguientes incursioné con otras putas (luego contare más adelante las experiencias), pero no lograron satisfacerme.Justo el día de la Primavera llegue a Córdoba como todos los meses y lo primero que hice desde el aeropuerto fue contactar a Mariana, para a eso de las seis de la tarde pasara por el hotelSe hiso esperar un poco, como estaba ocupada acudió a la visita cerca de las veinte horas, yo no tenía problemas, solo la ansiedad de volverla penetrar como hizo dos meses atrás.
Esta vez vino mas suelta de ropas, el estado del tiempo era optimo la temperatura estaba en los26 grados, codo se conjugaba como para vivir una velada perfecta. Le abrí la puerta nos besamos, comencé a quitarle la ropa, ella hacía lo mismo, cuando llegó a la verga se arrodilló y comenzó con su estupenda mamada, luego de disfrutar de ese espectáculo reflejado frente a espejo que estaba detrás de la puerta de entrada, nos fuimos a la cama y nos franeleamos como una pareja de amantes. Para des acelerar un poco la cosa, fui a buscar una botella de Chanpang, que previamente había comprado en el camino hacia el hotel y nos pusimos brindar por el encuentro.
Habremos tomado un par de copas, el resto de la botella fue sobre su cuerpo y sobre el mío, me hubiera gustado comerle la concha, pero por norma mía, no le chupo la concha a las putas, así que le mandé los dedos y descubrí que estaba muy mojada y que gozaba de lo que estaba haciendo.
La cogí de cuanta forma hubo, en la mesa boca abajo, en la mesa con las piernas al hombro, le volví a ofrecer más dinero para penetrarla por el orto, no hubo caso, fue así que me saqué el forro y recostado en un sillón ubicado frente al ventanal con ella arrodillada entre mis piernas le descargue toda la leche en la boca, la muy puta chupó hasta la última gota, me la mostró en su boca y la tragó por completo…

Para terminar la noche nos fuimos a comer una pizza y unas cervezas a Rock&Fellers, después nos despedimos siendo casi las 23 horas, yo para el hotel y ella para su casa cerca de la Cañada, hubo una promesa de volver a encontrarnos, pero hay tantas putas que es muy difícil seguir reincidiendo con una….






Alejadra, Gordita querendona.

En otro de los tantos viajes a Córdoba, tratando de conocer nuevas putas, y después de haber hecho varios llamados y no conseguir nada que se pudiera acercar al Apart Hotel, encuentro en una página a esta niña Alejandra. Ella estaba dispuesta a venir al Apart y su tarifa era bastante interesante, a demás me cayó muy bien de la forma en que me atendió por teléfono, con muy buena onda.
Llegó puntual al Hotel a eso de las 19 horas, la primera impresión me pareció como que era algo gordita, la hice pasar, le fui quitando la ropa, las tetas  estaban muy buenas, tenía bastante panza, pero, bueno así son las cosas, estando allí y en pelotas no había opción a devolverla.

Me desvestí, me recosté en la cama y ella comenzó con una muy buena chupada de pija, le hice acalambrar la boca de tanto que chupó. Con la maquina caliente ya no importaba que no era una top model, fue así que la puse en cuatro sobre un sillón y le mande la poronga hasta el fondo, de di murra por largo rato, ella gemía, medio de cansada medio fingiendo. La cosa no daba para más ahí no más le di una suculenta cogida y le mande la leche, nos higienizamos, le di su dinero y a cenar livianito…un polvo sin pena ni gloria, para la estadística…

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